Como director y fundador de la Colegiata Marsilio Ficino y de la revista Symbolos y su anillo telemático, quiero presentar este nuestro blog oficial de la Colegiata, que esperamos sea ágil y dinámico pese a la profundidad del pensamiento que le es inherente. Lo hacemos también con el Teatro de la Memoria, una nueva manera de percibir lo ilusorio y la ficción que uno puede vivir trabajando en el laboratorio de su alma e intelecto, lo cual es una novedad ya presentida en el tratamiento de la cosmovisión y su representación teatral. Por lo que deseo a esta forma de expresión del Arte –que sin embargo tiene precedentes ilustres– la mejor de las andaduras y el mayor éxito.
Federico González

jueves, 20 de noviembre de 2008

Más "acerca del Verdadero Teatro del Mundo"

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Al hilo del penúltimo "post", en el que a través de Lucrecia Herrera conocíamos un fragmento de El Espacio Vacío de Peter Brook, incluímos hoy una serie de pensamientos extraídos del mismo libro. (Peter Brook ha dirigido diversas obras del teatro del absurdo y es un especialista en Shakespeare. También cuenta en su extensa carrera con un interesante montaje del Marat Sade de Peter Weiss y del Mahabharata hindú).
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“Existe el autor que explora su experiencia interior en profundidad o el que se aparta de esta zona para estudiar el mundo exterior, cada uno de ellos convencido de que su mundo es completo. Si no hubiera existido Shakespeare cabría afirmar que la combinación de los dos era imposible. Sin embargo el teatro isabelino existió y su ejemplo cuelga constantemente sobre nuestras cabezas”.

“Lo llamo teatro sagrado por abreviar, pero podría llamarse teatro de lo invisible-hecho-visible: el concepto de que el escenario es un lugar donde puede aparecer lo invisible ha hecho presa en nuestros pensamientos. Todos sabemos que la mayor parte de la vida escapa a nuestros sentidos: una explicación más convincente de las diversas artes es que nos hablan de modelos que sólo podemos reconocer cuando se manifiestan en forma de ritmos o figuras. Observemos que la conducta de la gente, de las multitudes, de la historia, obedece a estos periódicos modelos. Oímos decir que las trompetas destruyeron las murallas de Jericó, reconocemos que una cosa mágica llamada música puede proceder de hombres con corbata blanca y frac, que soplan, se agitan, pulsan y aporrean. A pesar de los absurdos medios que la producen, en la música reconocemos lo abstracto a través de lo concreto, comprendemos que hombres normales y sus chapuceros instrumentos quedan transformados por su arte de posesión. Podemos hacer un culto de la personalidad del director de orquesta, pero somos conscientes de que él no hace música, sino que la música lo hace a él; si el director está relajado, receptivo y afinado, lo invisible se apodera de él y, a su través, nos llega a nosotros”

“En cualquier caso, comprender la visibilidad de lo invisible es tarea de una vida. El arte sagrado es una ayuda a esto, y así llegamos a una definición del teatro sagrado. Un teatro sagrado no sólo muestra lo invisible, sino que también ofrece las condiciones que hacen posible su percepción”.

“Este es el motivo por el que las oscuras obras de Beckett son piezas llenas de luz, donde el desesperado objeto creado da fe de la ferocidad del deseo de testimoniar la verdad. Beckett no dice “no” con satisfacción; forja su despiadado “no” a partir de un vehemente deseo del “si”, y por eso su desesperación es el negativo con el que cabe trazar el contorno de su contrario”

“Shakespeare es un modelo de teatro que no sólo contiene Brecht y Beckett, sino que va más allá de ambos. Lo que necesitamos en el teatro posbrechtiano es encontrar un camino hacia delante para retornar a Shakespeare.”

“Debido a que lo profundo sobrepasa lo cotidiano, un lenguaje elevado y un empleo ritualista del ritmo nos llevan a estos aspectos de la vida que oculta la superficie; no obstante como el poeta y el visionario no se parecen a la gente común, como lo épico no es una situación en la que nos encontramos normalmente, Shakespeare puede también, con una rotura del ritmo, un paso a la prosa, el simple cambio a una conversación en lenguaje popular o con una palabra tomada directamente del público, recordarnos con llano sentido común dónde nos encontramos y devolvernos al tosco mundo familiar en el cual llamamos al pan pan y al vino vino. De esta manera Shakespeare consigue lo que nadie ha logrado antes ni después de él: escribir piezas que pasan a través de muchos estados de conciencia.”

“En el teatro, la pizarra se borra constantemente.
Cuando se nos induce a creer esta verdad, entonces el teatro y la vida son uno.
Se trata de un alto objetivo, que parece requerir duro trabajo.
Interpretar requiere mucho esfuerzo. Pero en cuanto lo consideramos como juego, deja de ser trabajo.Una obra de teatro es juego.”
A.G.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Textos así nos permiten comprender que lo que el teatro es en verdad. Y el desempeño de la Colegiata Marsilio Ficino, que el teatro sagrado no es una elucubración sino una realidad encarnada.

Muchas gracias, bloggeros, por esta bella cita.

Marc