Como director y fundador de la Colegiata Marsilio Ficino y de la revista Symbolos y su anillo telemático, quiero presentar este nuestro blog oficial de la Colegiata, que esperamos sea ágil y dinámico pese a la profundidad del pensamiento que le es inherente. Lo hacemos también con el Teatro de la Memoria, una nueva manera de percibir lo ilusorio y la ficción que uno puede vivir trabajando en el laboratorio de su alma e intelecto, lo cual es una novedad ya presentida en el tratamiento de la cosmovisión y su representación teatral. Por lo que deseo a esta forma de expresión del Arte –que sin embargo tiene precedentes ilustres– la mejor de las andaduras y el mayor éxito.
Federico González

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Una luz en la oscuridad

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Crítica del estreno de Lunas Indefinidas en Cotxeres Borrell:


Lunas Indefinidas de Federico González es una obra extraordinaria. Si decimos que los misterios no son sólo los de la "antigüedad" sino que siempre son una adaptación del mito que utiliza las imágenes cotidianas para transformar nuestra conciencia, quizá a alguien le parezca exagerado, pero esta obra nos lleva al vacío de nuestra propia nada mientras que al mismo tiempo un metalenguaje nos está haciendo presente que más allá de nuestros prejuicios hay un orden extraño que se nos escapa porque no podemos poseerlo, pero nos damos cuenta de que estamos inmersos en él, que nos está incluyendo y hablando de nosotros mismos, tan en primera persona como nos permitamos aceptarlo. De lo poco que se sabe literalmente de los misterios de Eleusis, por ejemplo, hay una frase, que dice entre alguna cosa más, "he tomado del cesto y he puesto en la canasta, y he tomado de la canasta y devuelto al cesto" lo que significa lo mismo que separar para unir, establecer un orden como vehículo para reconocer el cosmos y abandonarlo. Los elementos de los misterios pueden ser tan cotidianos como un grano de trigo para los griegos, pero su disposición, lo que sucede con ellos, abre brechas en la percepción, y lo mismo sucede con la palabra; el hierofante, el que muestra los símbolos, lleva a cabo su función y un lenguaje comienza a hablar de lo inefable.

Aquí el lugar, el espacio escenográfico-temático, es tan aparentemente loco como una escuela de conocimiento en forma de clínica con médicos y enfermeras, y sin embargo la medicina es parte de la función de Hermes, o de su hijo Asclepio, o de su hermano Apolo con quien intercambia dones: la cítara con la que éste pulsa la armonía de las estrellas (externas o internas) y la vara de oro con la que Hermes conjuga opuestos y contradicciones. Muchos asistentes nos hemos reído en forma, unos en unas ocasiones y otros en otras, y más unos en esta y otros en aquella, y sin embargo esto es, o incluye, un drama tremendo: de hecho las desgracias, torturas e injusticias y que asolan este mundo son desde cierto punto de vista sólo un símbolo de dicho drama: aunque se sea "feliz" –por cierto lo peor que según la escuela le puede ocurrir a cualquiera de los candidatos– el destino del que no se entera, o no se entrega, es la inmersión en el completo olvido, pasando por un retorno al sueño si es que alguna vez se ha llegado a salir de él. Pero es que son muchos los aspectos, matices y anécdotas condensados en la función, y como dice un extracto de Estobeo (pertenecen al Corpus Hermeticum), los dioses han recibido en participación a los hombres y por eso en nosotros las lágrimas son Cronos, la cólera Marte, el amor la de Pafos, etc. y la risa el Sol, porque por él ríen el universo y las demás estrellas. Lo que puede entenderse porque es el dador de la luz, el calor y la vida, pero más aún porque en el centro, donde se entrelazan todos los colores, todo es posible, también la liberación. Como las dos obras anteriores del mismo autor, esta es un compendio sintético de enseñanza hermética, ¿qué iba a ser, una cosita literaria para el consumo? Aunque aquí tipo escrita en clave, aunque quizá no tanto, tal vez sólo en una primera audición pues es mucho lo que hay que asimilar, lo que queremos decir es que, quizá por los tiempos en que vivimos, va directamente a recordarle al espectador que el hombre es una imagen de la Posibilidad, y que esto involucra su existencia lo cual debería tomar verdaderamente en serio, pues viene a ser solamente un espacio entre dos olvidos.

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Al abrirse el telón estamos en la recepción de la clínica, agradable y con lo imprescindible pero no austera –en el vídeo observar el florero y las dos sillas, que a su manera lo dicen todo; la encargada de atender la puerta lleva unas llaves en la mano y nos hace partícipes de un discurso sobre la naturaleza del símbolo, y sobre su propia función en la que reconoce la de Jano. Como es imposible resumir este discurso que trata como toda la obra de la verdadera magia, nos quedaremos con algo que se dice de las dos caras de Jano, una tiene que ver con lo suprahumano, o sea con lo que no es humano, y la otra con lo propiamente humano y por tanto con esa persona misma, la portera, y que dicha deidad reúne o vincula ambos aspectos –como el símbolo, "del que no puede decirse en concreto qué es, pues lo que hace es representar". Hay que asistir a la obra varias veces y puesto que esta era la única representación habrá que esperar que se publique, se edite el dvd, o a verla en YouTube; porque hay que empaparse de esta obra, untarse con ella de arriba a abajo como con un ungüento para que con el vacío y la negación de lo conocido, de lo que suponemos que somos y aun cuando se conozca a algún nivel una enseñanza de la cosmogonía, podamos constatar que en verdad el universo es una arquitectura de palabras, que el verbo puede recrear la realidad, recrearnos a nosotros mismos, que el mundo es también un Teatro de la Memoria, condensado aquí en una hora y media.
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Llaman a la puerta y comienza la primera parte, el primero de tres casos clínicos, que a bote pronto podemos relacionar con el aprendiz de una escuela de conocimiento, aunque éste parece difícil que pase de simple profano. Es alguien que ni siquiera oye lo que le dicen –aunque le señalen este hecho (y que el Pájaro de Fuego que renace de sus cenizas es el Fénix y no el ballet de Sravinsky), y lo haga la doctora Ester que parece pertenecer a un espacio redondo, esférico, como de un jardín de El Bosco, no se sabe si encerrada en él o generándolo–, el candidato siempre habla de lo que tiene, su único afán es no perder el control en los medios que le ha dado su profesión de escritor, de crítico reconocido, y no quiere que se le vaya a escapar este ramo de los progresos en la sabiduría, de alguna manera se le movía el suelo y quiere poder decir que ha experimentado el reconocido método del profesor, seguramente tener un diploma, aunque también no apartarse del camino recto del que temía alejarse, al que identifica con la estabilidad familiar y social, arduamente recuperada después de una crisis existencial de hace años.

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Teme no saber responder a cualquier pregunta, hasta miente de modo colegial y piensa que su historia es lo más importante del mundo y debe ser atendida. Aunque se le aplica el taladro de la verdad no se entera de nada, y no sabemos qué será de él cuando acepta libremente seguir con el método del profesor, del que está seguro obtener buenos resultados. "Sopesa los pros y los contras" sin tener idea de qué se trata, aunque afirma que es muy profundo lo que ha oído de aquellos "conectados con las altas esferas" a quienes disculpa por convalecientes. El pobre Adán –quizá un auténtico delincuente– probablemente ni se imagina que podría tener que transmutar en andrógino.

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Ha cambiado el decorado y el segundo caso es alguien que empezó el tratamiento hace unos años y se confiesa enfermo de exilio, se puede morir de eso, igual que de ausencia, y esa angustia que sufre tiene que ver con el amor, como toda pasión.

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Pero está en manos del Dr. Chuleta, esa auténtica "comadrona hijo de puta" que tiene por misión alumbrarle, darle a luz, y que sólo tiene obligaciones, pues encarna esa cadena de analogías de la que Puf está totalmente exiliado, todavía pensando que el proceso es lineal, aprendiendo que es vertical, que funciona "por inmersión directa en la sabiduría", situación que llega a su clímax cuando ingiere el elixir de los últimos tiempos y se acuesta en la camilla mientras le enseñan los intervalos musicales de la aritmética, los números naturales, y de pronto ve el sueño en su vigilia o la vigilia en su sueño y todo el tiempo en la curvatura de una copa de cristal; podría decirse que está en el 'bardo', en ese estado intermedio de luces y sombras en el que lucha consigo mismo y contra todo pues sólo ve en la realidad 'exterior' la imagen de sus personajes internos, a los que rechaza confundiendo con ellos a los necesitados.

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¡Miserable! oye que le grita un coro mortuorio; se queja de todo, no se da cuenta que un auténtico exiliado "no ha hecho otra cosa que comer mierda toda su vida"… ¿Qué le sucederá cuando sea introducido en la Cámara oscura del Conocimiento, "en el Centro Neurálgico de la Enseñanza y del Ser", para lo cual ha tomado como paso previo ese elixir?

La eficaz e impoluta enfermera va y viene mientras el Dr. Chuleta traspasa el paciente al siguiente facultativo habiendo cumplido su parte; por cierto el famoso método del profesor, que no aparece en la obra, resulta ser inefable y ni los mismos doctores saben bien cómo funciona. El caso es que el doctor Hobby espera el producto de esa Cámara oscura, de esa máquina del Conocimiento capaz de demoler los huesos.
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Y lo que sale de allí disfrazado es un subproducto, como si fuera el conjunto de todo lo que no es, de todos los disfraces, de hecho es un usurpador, un espía que no se sabe cómo ha entrado allí y que nada tiene que ver con Puf y que rápidamente detectado se confiesa una copia de sí mismo (¿cómo va a saber que todavía hay otra muerte y otro nacimiento?), y además la peor copia posible, la de sí mismo, "la copia de un falso original" en palabras del doctor– pero admite que eso es lo que quiere ser ¿cómo va renunciar a ver su reflejo en el espejo, a verlo "en los cristales de los escaparates al pasar?"
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Está condenado a no volver a nacer, al olvido final, aunque no se sabe pues "el continuo es indefinido" canta el coro de ultratumba, y es que incluso entre los pálidos reflejos brilla el símbolo, especialmente cuando, como dice Dante, se ha "abandonado toda esperanza" según es propio de la entrada en el infierno. Por la enfermera sabemos que Puf salió por la puerta de atrás con la conciencia y determinación de cambiar su vida y prometiendo volver al siguiente martes, como de costumbre.

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Como decíamos antes hay que embadurnarse entero, inmersionar sin miedo, dejarse penetrar por esta dramaturgia con apariencia de comedia para poder escuchar todas sus notas, para poder intuir que todo lo que creemos ser es pura imaginación, por el simple hecho de que el verdadero sujeto nos es desconocido, como es natural, ya que se trata de un Sujeto universal; pero, si al mismo tiempo es la única realidad posible y la cadena de analogías depende en última y primera instancia de su Presencia, el método es infalible aunque sea inefable, o actúe como aparente broma, o de maneras contradictorias. Parece que lo que cuesta es entrar solo a la Cámara oscura del Conocimiento, aunque sea fácil a priori asentir con el doctor a que "el hombre nace desnudo y muere desnudo". Se nos ha demostrado que la realidad es ilusoria, lo que interesa son los hilos detrás de la escena, y estos no son sino vehículos.
El continuo es indefinido, lo que interesa es la irrupción en lo vertical.
Al terminar, autor y actores tuvieron que salir a escena varias veces ante los continuados aplausos de la asistencia, de unas 60 personas, algo un poco sorprendente para los tiempos que corren. Alguna voz decía curiosamente: ¡otra, otra! Se sabe que ya están preparando El Tesoro del Sr. Valls.

J. M. Río


domingo, 8 de noviembre de 2009

Próximo estreno de "Lunas Indefinidas"

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La Colegiata estrenará una nueva obra de su director: Lunas Indefinidas, el día 21 de noviembre de este mismo año en el Centro Cívico Cotxeres Borrell (Barcelona). Esta es una síntesis del viaje que inicia un candidato al acercarse y llamar a la puerta de la “Organización” (“llamad y se os abrirá”), quien es instruido mediante una serie de entrevistas en cuyos diálogos podemos seguir un itinerario prototípico, con sus ascensos y descensos, su aceptación y rechazo y la consiguiente reacción de los egos que, sometidos a presión, explosionan lanzando al sujeto en espirales a veces esperpénticas, a veces luminosas. Tanto el candidato –o paciente– como los doctores que lo atienden y tratan son representados por diferentes actores en las distintas “fases de la obra”, lo cual puede verse como el despliegue de los numerosos egos con los que cada uno de nosotros nos identificamos, defendiéndolos a muerte como si nos fuera en ello la vida. Una obra luminosa, divertida, conmovedora, penetrante, revulsiva, sutil y liberadora, muy bien interpretada por la Colegiata Marsilio Ficino.

"En este camino se muere y se renace a cada rato y hay que tomar decisiones todo el tiempo. Esto se hace aboliendo todas las imágenes mentales. Llegando al vacío absoluto, a la Nada, a no ser ni esto ni aquello, ni lo uno, ni lo otro. A no identificarse con ninguna cosa. A no poder hablar, a ahogarse, a no respirar, a no sentir miedo, ni lo contrario". (2º Acto).

M.V. Espín
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Centre Cívic Cotxeres Borrel.

Dirección: Viladomat, 2-8, Barcelona.
Para llegar: Metro: Paral.lel (L2 y L3). Bus: 37, 121.

Horario: 20:00h

Duración: 1 hora y 45 minutos

Precio: 10€
Forma de pago:

- taquilla: (en metálico, el mismo día del evento desde 1 hora antes )

- on-line: con tarjeta de crédito a través de Atrapalo (7€):

http://www.atrapalo.com/entradas/lunas-indefinidas_e28332/

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lunes, 12 de octubre de 2009

Lunas Indefinidas

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Desde hace varios meses La Colegiata Marsilio Ficino está ensayando el que será su próximo espectáculo, se trata de la obra teatral de Federico González “Lunas Indefinidas”, que si bien a nivel formal se diferencia claramente de sus precedentes, -"Noche de Brujas", "En el Útero del Cosmos" y "Festival de Monólogos"- abriendo una nueva vía a través de situaciones chocantes y unos diálogos que fluyen de manera sorpresiva y con una gran comicidad, nos sumerge igualmente en aquel rito primigenio de despertar a la Memoria que como sabemos el Teatro vehicula.

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Nos encontramos esta vez en una Escuela de Conocimiento en la que penetramos de la mano del personaje que abre la representación y que como el dios Jano tiene las llaves que abren y cierran sus puertas. “¿Qué son los símbolos?” se pregunta, y de inmediato las ideas se van hilvanando y aquel acceso que evocan simultáneamente se va haciendo en nosotros.
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“Por otra parte”, nos dice, “el comprender estos misterios es abrirse un camino en el Conocimiento de lo que somos, de nuestra propia identidad...¿Cómo puede entenderse todo esto? ¿Qué significan verdaderamente estas palabras? Y por otra parte ¿cómo pueden ser tan embriagadoras, al punto de convencernos e incluso dar sentido a nuestra vida?”
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Varios son los personajes internos, "posibles candidatos", que llaman a la puerta de la Escuela y desan seguir sus “métodos”, e invariablemente son enfrentados a un espejo, a ellos mismos, evidenciando su ignorancia, sus errores, los que se expresan a través de la vanidad, el amor propio, y a veces también de la maledicencia, en definitiva un carácter dual al que quieren y no quieren desenmascarar, trascender.

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Trascender aquello que nos empeñamos en entender por realidad y que en palabras de uno de los profesores “no es más que una sucesión de anécdotas más o menos ordenadas”... en verdad: “la idiotez de la gente es el componente más grande de lo que llama la realidad”.
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La Colegiata
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Os anunciamos que los jueves 22 de octubre y 5 de noviembre volvemos a representar el Festival de Monólogos en la librería Bertrand de Barcelona ( Rambla Catalunya, 37).
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Y en Zaragoza:
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En "El Corte Inglés", Paseo de la Independencia, 11.
Sala de Ámbito Cultural , 2ª Planta.
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Viernes, 30 de octubre
A las 19.30h
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De Carlos Alcolea “Destino la libertad” por Pedro Abío
De Beatriz Ramada “La Rueca” por B. Ramada
De Marc García “Adiós al observatorio” por M. García
De Ester Torrella “Recordando “ por Mireia Valls
De Antoni Guri “La carta” por Carlos Alcolea
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domingo, 20 de septiembre de 2009

Breve sobre la Colegiata Marsilio Ficino

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¿Por qué el nombre Colegiata Marsilio Ficino para un conjunto teatral?
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Queremos continuar, modestamente, con el hilo de la Tradición Unánime encarnada y transmitida por sabios, magos, teúrgos, artistas y filósofos de este ciclo llamado Renacimiento hasta nuestros días y que, como se sabe, fue inspirado en las ideas de Pitágoras, Platón y el Corpus Hermeticum, las cuales fueron transmitidas por Marsilio Ficino que tradujo para la época toda la obra de Platón y los celebres textos herméticos traídos desde Bizancio por el sabio Gemisto Pletón ­–cuya influencia fue fundamental– y que inspirara primero a Cosme de Medici, y finalmente a su nieto Lorenzo, "el Magnífico", a concretar la refundación de la Academia filosófica griega en Florencia, "basada como ésta en la búsqueda del conocimiento, el cultivo de la filosofía y el ejercicio de la Ciencia Sagrada" en el vecino pueblo de Careggi.
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Nuestro director Federico González, no sin pretensión, dio nombre a nuestro grupo y debemos buscar a través de su obra las referencias a Marsilio Ficinio (muchas, por cierto, y de las cuales escogeremos sólo algunas) para aclarar aquí su postura, que a través de sus síntesis ha hecho posible el surgimiento de nuevas posibilidades latentes en uno mismo aptas para el momento histórico que nos ha tocado vivir basadas en la Tradición Unánime que los hombres y mujeres de este tiempo hemos olvidado y que están señaladas en Introducción a la Ciencia Sagrada, secundada por todos sus libros y de donde todos nosotros, de una u otra forma, hemos bebido y sido fecundados.
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En su obra Las Utopías Renacentistas se refiere así a Marsilio:
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… se entregó desde muy joven al estudio de la filosofía y la teología, la medicina y la astronomía-astrología; reconocía la presencia de distintos niveles en el hombre y en el universo, lo que configuraba la existencia de mundos visibles e invisibles que actuaban de modo coordinado, sempiterno y constante entre dos polos: cielo y tierra. Y dado que estos planos se encontraban estrechamente unidos conformando un solo y único organismo vivo, se podría, en ese caso, actuar sobre ellos, es decir sobre energías sutiles y angélicas para que fecundaran así a los espíritus más groseros, reconociendo de este modo la imponente armonía del conjunto e integrándose a ella mediante el reconocimiento de la unidad del Ser, del que el hombre, como microcosmos, estaba hecho a imagen y semejanza. Para este fin tres medios se destacan, el estudio y la meditación, propios de la filosofía, la oración del corazón conocido método cristiano y universal y la magia natural. Esta última basada en las correspondencias y analogías existentes en el cosmos y el hombre y la ligazón que las funde en la delicada vibración del plano intermediario. Según Ficino, siguiendo a Platón, la realidad es un caos pintado de formas.
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Y continúa describiendo a este personaje extraordinario del cual nuestra Colegiata lleva el nombre:
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Músico y ejecutante consideraba que el amor todo lo une pese a que es el "furor" o "entusiasmo" (poético, heroico) el que lo descubre. Su magia natural y experimental –que es el origen histórico de la ciencia actual– le llevaba a los mundos invisibles mientras empuñando una lira acompañaba su música con los himnos órficos que recitaba y cantaba inspirándose para todo igualmente en los libros del Corpus Hermeticum, que él mismo había traducido, junto con las obras de Platón, muchas de las cuales… no se conocían en su tiempo, o habían caído en el olvido.
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Pasemos a citar directamente del propio Marsilio parte de una carta, que Federico reproduce en su obra citada más arriba, "Alabanza de la Filosofía" escrita a Bernardo Bembo.
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El divino Platón considera que el alma celeste e inmortal en cierto sentido muere al entrar en el cuerpo terrestre y mortal, y vive de nuevo cuando lo abandona. Pero antes de que el alma deje el cuerpo según ley de la naturaleza, puede hacerlo por medio de la práctica diligente de la meditación cuando la Filosofía, la medicina de los males humanos, purga la pequeña y débil alma, enterrada bajo la pestilente inmundicia del vicio, y la vivifica con la medicina de la conducta moral. Luego, por medio de ciertos instrumentos naturales, eleva al alma desde las profundidades atravesando todo aquello compuesto de los cuatro elementos, y la guía a través de los elementos mismos del cielo. Entonces, peldaño a peldaño por la escala de la matemática, el alma realiza el sublime ascenso a los más elevados orbes del Cielo.
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En La Cábala del Renacimiento, obra escrita en conjunto con Mireia Valls, Federico González dedica todo un capítulo a Marsilio Ficino y a Pico de la Mirandola para tratar "La Tradición Hermética y la Cábala". Al respecto nos dice:
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"Como se puede apreciar es sobre Ficino y Pico donde se constituye la estructura del primer pensamiento renacentista, el verdadero humanismo y la posterior proyección del mismo en los siglos XVI y XVII en Alemania, Francia e Inglaterra, sin olvidar la península ibérica, pasando a América posteriormente mediante diversos conductos…"
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Y más adelante agrega:
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Marsilio creía ser también, como hemos apuntado, el continuador de la Academia que había durado hasta el siglo VI gracias a la inmensa grandeza que le otorgó Proclo en el siglo V con su autoridad de sabio director durante cuarenta años de trabajos y estudios sacros y el rito del silencio, la meditación y la apertura a otros estados de conciencia y su realización, lo que va constituyendo los tramos, o mundos, de la iniciación en los misterios del Conocimiento.
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Y algo muy importante a destacar:
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Tanto en una época como en otra, ambos, Proclo y Ficino, fueron grandes teúrgos y ambos la unidad de serie, la cabeza de módulo, primeros en el espacio que generaron y siguen generando merced a la Gracia que les otorgaron los dioses, nudos, o puntos de coyuntura en la red de la transmisión cósmica con la que se encuentran ahora ligados por finísimas cadenas de oro intelectual.
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Podríamos igualmente seguir citando de este magnífico libro, sobre todo, las cartas que escribió Ficino a tantos hombres sabios, artistas, gobernantes, en otras palabras, verdaderos humanistas donde pone de manifiesto su pensamiento y la proyección de éste hacia el futuro, cuyas bases, como sabemos, han moldeado toda la cultura de occidente hasta el día de hoy, pero mejor sería que todos buscáramos allí el por qué del nombre que lleva nuestra Colegiata.
También yo misma he escrito, en su momento, un artículo "Algunos aspectos de Venus" para la Revista SYMBOLOS, Lo Femenino–La Mujer, refiriéndome a la obra de Marsilio Ficino Sobre el Amor, Comentario al Banquete de Platón, en relación a los aspectos del alma llamados Venus –Urania y Pandemos–, Amor, Eros, Belleza. Allí también comentaba, muy brevemente, las bellísimas pinturas en clave simbólica que plasmó Sandro Botticelli (pintor destacado del Renacimiento), hecho que no es de sorprender pues muy probablemente era un iniciado, alumno de Ficino y Poliziano y amigo de Vespucci, los Medici (concretamente Pierfrancesco, su mecenas), Landino y muchos otros artistas, teúrgos y magos relacionados de alguna forma con la Academia donde no sólo se cultivaba el saber sino una nueva manera de ver, vivir y ser.
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En este artículo, siguiendo el pensamiento de Platón y Ficino acerca del Amor anotaba que
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… estamos inmersos en un gran círculo de Amor, pues por su intermedio se hace posible que las ideas tomen sus divinas formas en el despliegue de la manifestación. Por mediación de Amor se revela la Unidad en el Universo y en nuestro interior; recibimos el flechazo y por ese atisbo de conciencia, por esa revelación, nace el Amor en nosotros por Aquello que nos ha fecundado y que percibimos como la Belleza. En la medida que crece en nuestro interior el amor por el Conocimiento, más real y poderosa es la atracción e identificación con él, pues enamorado de aquella Belleza y perfección, el ser humano no anhela otra cosa que ser uno con ella.
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De hecho Marsilio Ficino, como hemos visto, fue un auténtico artista, verdadero exponente del amor platónico, amén de un filósofo, y es sabido que en la corte de los Medici se lo podía ver entonando distintos himnos esotéricos y clásicos acompañado de su "lira de braccio" con la que ofrecía espontáneos conciertos aquí y allí, pero sin duda, su obra maestra respecto a sus actividades artísticas fue nada menos que la puesta en escena del Renacimiento en sí –y por eso el nombre de la Colegiata–, y de la que fueron actores filósofos como Pico de la Mirandola, pintores como Leonardo da Vinci, y el ya mencionado Botticelli; arquitectos como Alberti y Palladio, incluso matemáticos como Luca Pacioli y gobernantes como los propios Medici, los Gonzaga, Sforza, los Visconti, Este, Malatesta y tantas otras familias que instalaron cortes donde propagaban las ciencias y las artes a semejanza de Florencia, que irradió todo este movimiento gracias a la existencia y la labor de Marsilio Ficino, que unió por su correspondencia escrita, como lo explica Federico en La Cábala del Renacimiento, con distintos espíritus de la época por su ejemplo y actitud creando así el prototípico hombre renacentista, sabio, filósofo, artista, y hombre de ciencia cuyo legado aún nutre lo mejor de nuestra cultura.
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Las representaciones teatrales, desfiles y festejos que se producían en estas cortes a los que se agregaban maquinaria mecánica-mágica que producían el encantamiento, y que tuvieron como epígonos nada menos que el teatro de Shakespeare y las escenografías de Iñigo Jones en Inglaterra y que desembocaron en el siglo de Oro español en sus representaciones teatrales, en la arquitectura del Escorial, etc. en cuanto a España se refiere.
Por ello una Colegiata (academia de estudios) radicada en España bajo el patronazgo de Marsilio Ficino y dedicada al teatro es un homenaje a este genial personaje arquetipo del saber donde se conjugan las artes y las ciencias y que han hecho de él un modelo válido para acceder al Conocimiento, es decir, al hermetismo, la filosofía y literatura de Platón y de las ideas totalizadoras que caracterizaron el Renacimiento que, como su nombre lo indica, es una vuelta al saber griego, pagano, al teatro de orígenes sagrados, que sintetizó la doctrina sapiencial de distintos pueblos y que constituye el acervo cultural del occidente.
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Aunque:
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Pese a los dolores y tragedias que nos circundan y debemos padecer, sabemos que no necesariamente vamos a poder cumplir nuestras metas de modo colectivo, pero sí es nuestro propósito tender hacia ellas evitando apegos y prejuicios observando nuestras limitaciones e ignorancia.(1)
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Lucrecia Herrera
Miembro de la Colegiata Marsilio Ficino

(1) Federico González, texto inédito.

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LA COLEGIATA REANUDA SUS ENSAYOS CON LA ÚLTIMA OBRA DE FEDERICO GONZÁLEZ, "LUNAS INDEFINIDAS",
OS MANTENDREMOS INFORMADOS EN PRÓXIMAS ENTRADAS
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viernes, 26 de junio de 2009

"Festival de Monólogos" en film

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La Colegiata Marsilio Ficino representará el "Festival de Monólogos" el próximo octubre en un nuevo espacio de Barcelona que puntualmente os comunicaremos. Mientras tanto os presentamos las filmaciones de todos ellos.
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lunes, 15 de junio de 2009

El Caleidoscopio

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Este Festival de Monólogos, como cada una de las obras representadas por la Colegiata Marsilio Ficino hasta ahora, y de hecho cualquier tarea de difusión que se emprenda desde el punto de vista ritual y sagrado para transmitir estas ideas que pertenecen en última instancia a la Tradición Primordial, fuente de todas las tradiciones, tienen en común una luz que se revela idéntica bajo las distintas formas que pueda adoptar en el tiempo y en el espacio.
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De hecho, a través de cualquiera de estas formas, no hacemos sino observar la luz a través de un caleidoscopio cuyas figuras y colores varían constantemente al tiempo que éste va girando, apareciendo para nuestra sorpresa de una forma siempre novedosa, pese a que sus indefinidas combinaciones están signadas por lo finito. El teatro de la vida pretende engañarnos mientras nuestro ojo interior y la luz emanada de la oscuridad gracias a la cual es posible dicho espectáculo siguen imperturbables, a cada lado del eje que atraviesa el embaucador artefacto.
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Y es que, a pesar de la ilusión, la luz que hace posible tal maravilla es siempre la misma, como lo es ese Principio Uno y Único que se revela a través del símbolo, del rito o del mito, en este caso de esta serie de monólogos, desvelando continuamente nuevas facetas a medida que uno penetra en ellos y se deja penetrar por ellos, avanzando a través de la espiral que nos lleva hacia la salida de esa finitud, es decir del propio Cosmos, más allá del tiempo y del espacio.
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Esta serie de monólogos, nueve en total, como las nueve Musas que engendró Mnemosyne, diosa de la Memoria Sagrada que nos guía hacia esa luz principial, nos ofrece así un espectáculo de apariencia caleidoscópica en el que sin embargo una serie de palabras se combinan en diferentes soliloquios que no hacen sino repetir, como lo hace la rueda, símbolo fundamental de todas las tradiciones que también viene signado por el número nueve, las claves de la Enseñanza que Hermes, deidad educadora por excelencia, nos brinda generosamente para sacarnos de ella y liberarnos de los límites de esta existencia que nos mantiene cautivos a cambio de sus engañosos encantos.
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La realidad se reordena así constantemente, coagulándose las palabras que la conforman con cada monólogo y regenerándose a su vez en la disolución que cada entreacto supone, mostrándose de cuatro formas (cuatro monólogos por actuación) totalmente diferentes pero a la vez idénticas en su raíz, como los cuatro mundos que configuran el Cosmos o los cuatro niveles de lectura de la realidad que les corresponden y que están al alcance del que decida entregarse sin ambages al Conocimiento del Sí-Mismo.
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La ilusión de nuestros sentidos se encuentra frente a frente con la inmutabilidad del Principio, que la desmonta sin piedad con el arte de la palabra justa y de la paradoja, revelándose así el verdadero sentido sagrado del teatro que justifica el trabajo de la Colegiata, pues la catarsis que éste provoca debe darse primero en el actor para poder ser contagiada al espectador y hacer de dos uno.
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Ana Contreras

miércoles, 27 de mayo de 2009

Teatro de la Memoria

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Arte de la Memoria
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Como se sabe, Mnemosine era la madre de las musas, por lo que se puede apreciar el carácter sacro que se le atribuía en Grecia. Los griegos conocieron este Arte del que también nos habla posteriormente Cicerón, consistente en “memorizar” por una serie de imágenes y asociaciones, distintos conceptos en modo indefinido para procurar estados diferentes de la conciencia. Generalmente, –lo que no suele ser excepción– se lo utilizaba de modo literal, para recordar cuestiones particulares u organizar un discurso, tal como los distintos métodos mnemotécnicos actuales: la memoria mecánica, la recitación, el canto, el teatro profano, etc.
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Empero sus alcances son mucho más vastos, como lo entendió el Renacimiento y autores como Giulio Camilo (que construyó una edificación en madera llena de cajones con diferentes imágenes en distintos lugares en forma de escenario, el Teatro del Mundo, o Tomasso Campanella que en los muros de su ciudad utópica La Ciudad del Sol se narró la cosmogonía pintada de diferentes maneras, colores y en distintos lugares; igualmente Giordano Bruno dedicó varios tratados al tema entre ellos Ars Reminis (ver Frances Yates, El Arte de la Memoria y Giordano Bruno y la Tradición Hermética). Demostraban así su interés y un conocimiento que ya en la Edad Media lo había practicado Ramón Llull, que utilizando elementos de la Cábala (pero no en hebreo) en su Ars combinatoria plasmó una ciencia semejante.
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En la actualidad nosotros, en La Colegiata Marsilio Ficino, utilizamos un sistema análogo combinando las sefirots de la Cábala con las láminas del Tarot (en sí un libro de la memoria) con los números pitagóricos y las imágenes particulares que este tratado mudo contiene. Igualmente, como ya hemos dicho, empleamos junto con él al Árbol de la Vida, diagrama cosmológico de la Cábala hebrea y su división en tres planos o mundos de existencia. Este último sistema tiene múltiples asociaciones con distintos otros (como la astrología y la mitología, la geometría y numerología, por lo que innumerables analogías multidimensionales se manejan de una manera permanente, sin contar las que el idioma hebreo efectúa de continuo con los atributos y nombres divinos (sefirots), y su ubicación y relación con los restantes dentro del Árbol de la Vida Cabalístico. Por lo que esta metodología y sus visualizaciones combinadas con la respiración y la simbólica de todos los pueblos que aquí sólo se apunta en sus múltiples variantes, constituye un verdadero sistema de Conocimiento, basado en la meditación y en construcciones y edificios mentales que el estudiante debe incorporar en su interioridad y que darán fruto a corto, mediano y sobre todo a largo plazo, produciéndose cada vez por medio de transmutaciones, muertes y renacimientos, una concepción totalmente nueva del Universo que se expresará en todos los ámbitos de su vida de un modo permanentemente nuevo y de una forma que algunos podrían tildar de Teúrgica. Las armas estratégicas son la fe y la paciencia en los momentos en que por muy distintos motivos éstas son imprescindibles.
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Arte Real
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Nombre dado a la Alquimia por sus cultores, que no hacían diferencia entre Ciencia y Arte; también gustaban llamarse filósofos o artistas y hacían ciencia experimentando en si mismos los efluvios internos y externos, como la presión, la asfixia que nos lleva a la muerte, o la libera, y los estados que nos provocan estos flujos y coagulaciones instantáneos en relación con su intelecto y, por cierto, con su alma. Otro de sus nombres es Metanoia.
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Teatro Sagrado
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El Teatro es una de las artes tradicionales de realizar un trabajo de transmutación interna; por eso es sagrado en muchas civilizaciones y culturas, entre ellas la griega que lo ponía bajo el patrocinio de Talía y Melpómene, la comedia y la tragedia, las dos carátulas de la escena griega.
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El mundo entero es un gran teatro donde se produce la ilusión de la existencia de los personajes, por eso su emulación es una forma indicadísima de la labor iniciática donde se conjugan la memorización (una forma del Arte de la Memoria) de los textos junto con la comprensión del personaje y lo que éste dice, su situación y movimiento en el espacio teatral, el tono de la voz, sus gestos, etc., a lo que deben agregarse los ensayos, el estreno y la suma que resulta de todo ello que abre en la conciencia mundos siempre renovados que mantienen perennemente vírgenes a quienes se prestan para ello y que mueren y nacen con cada personaje al que actualizan permanentemente en cada representación.
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El teatro ha sido siempre una representación de la vida. En el Teatro sagrado chino, japonés y balinés se representa la cosmogonía, la intervención de los dioses y sus andanzas como es el caso de los hindúes. En cuanto al occidente judeo-cristiano y greco-romano que es nuestra herencia y al que pertenecemos –igual que en las tradiciones precolombinas– el teatro tiene orígenes sagrados y en él se suelen representar no sólo las aventuras de sus dioses, sino también la de sus héroes y guerreros unánimemente presentes en todas las culturas, asimismo íntimamente ligadas a la danza, por lo que ésta, el canto y la música se presentan como entrañablemente unidas y conjugadas en el teatro que las acoge.
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Actores romanos danzando con sus máscaras y sus intrumentos musicales
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Frecuentemente el teatro es asociado a la irrealidad de la existencia, visto así por los propios autores teatrales, igualmente la vida como un sueño, o la realidad en la que acreditamos como el gran Teatro del Mundo según Calderón de la Barca. Shakespeare tampoco es una excepción al pretender que la vida está hecha de la misma sustancia de los sueños.
En todo caso siempre hay algo paródico y hasta por ello grotesco en cada representación, lo que puede ser sublimado por los actores en la catarsis que acompaña siempre a la actuación, a veces en los insospechados medios en que se expresa la posibilidad universal, la que por definición es indefinida.
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Por nuestra parte queremos insistir en esta posibilidad vinculada con la magia y aún con la teúrgia. Generosa madre, el teatro nos brinda la activación de la memoria original sobre todo aquello que hemos olvidado, que no podemos recordar, y consolida paradójicamente nuestro núcleo central al que se llega en este caso de la memoria, por la anamnesis, la “reminiscencia” y también por otras tantas vías tradicionales.
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Nos dice René Guenón en su estudio El simbolismo del Teatro (publicado en Aperçus sur l’Initiation) que los “misterios” o autosacramentales medievales son formas de teatro sagrado. Así lo entendemos, pero sin olvidar el teatro (comedia del arte), representaciones, procesiones y desfiles renacentistas italianos u obras como La Tempestad de Shakespeare y todo el tono de su dramaturgia (y comedia) propios de lo espiritual-intelectual, tal como lo destaca Frances Yates en su libro La Filosofía Oculta en la Época Isabelina.
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El espectáculo más teatral de todos es el de una noche serena iluminada por los astros –efervescente de grandeza– que están ya en otra cosa o habrán muerto pues los vemos, tal cual eran hace un millón 600 mil años (debido a la velocidad de la luz), antes del eón actual.
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Federico González
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lunes, 11 de mayo de 2009

Nuevas representaciones de "Festival de Monólogos" y crítica de su reciente estreno

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En "Ruqueria Querubí":
http://www.ruqueriaquerubi.blogspot.com/, espacio teatral situado en el corazón del barrio de Gracia de Barcelona, se representarán durante cinco sábados consecutivos (desde este sábado 16 de mayo hasta el 13 de junio) cuatro monólogos alternados de los nueve que componen este "Festival de Monólogos".
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C/Perla, 11
Horario: 22,30h
Precio taquilla: 8 euros
6 euros reservando las entradas con antelación en:
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Sábado 16 de mayo
La Torre de Destrucción, de Mireia Valls, por Esther Torrella
Adiós al Observatorio, de Marc García, por el autor
La Partida de Oca, de Pedro Abío, por Antoni Guri
La Encrucijada, de Ana Contreras, por Lucrecia Herrera

Sábado 23 de mayo
La Carta, de Antoni Guri, por Carlos Alcolea
La Rueca, de Beatriz Ramada, por la autora
Destino, la Libertad, de Carlos Alcolea, por Pedro Abío
La Encrucijada, de Ana Contreras, por Lucrecia Herrera

Sábado 30 de mayo
Recordando, de Esther Torrella, por Mireia Valls
Adiós al Observatorio, de Marc García, por el autor
El Ángel Escultor, de Àlvar Gràcia, por Ana Contreras
Destino, la Libertad, de Carlos Alcolea, por Pedro Abío
La Encrucijada, de Ana Contreras, por Lucrecia Herrera

Sábado 6 de junio
La Torre de Destrucción, de Mireia Valls, por Esther Torrella
Destino, la Libertad, de Carlos Alcolea, por Pedro Abío
La Rueca, de Beatriz Ramada, por la autora
La Carta, de Antoni Guri, por Carlos Alcolea


Sábado 13 de junio
La Rueca, de Beatriz Ramada, por la autora
La Partida de Oca, de Pedro Abío, por Antoni Guri
El Ángel Escultor, de Àlvar Gràcia, por Ana Contreras
Recordando, de Esther Torrella, por Mireia Valls
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Acabamos de recibir una vibrante crítica de Carmen Ezpeleta, amiga de La Colegiata desde sus orígenes, que se desplazó desde Zaragoza para asistir al estreno en "Cotxeres Borrell":
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El Teatro de La Colegiata Marsilio Ficino conmueve literalmente; a la manera del pathos del teatro griego; diríamos que “no deja a nadie indiferente”, si no estuviera tan pervertida tal expresión. O, a lo grande: deviene en catarsis; y obra catárticamente porque “mueve” tanto a los actores como a los asistentes hacia nuevas evidencias de la Verdad. En este Festival de Monólogos se plantea una deliciosa paradoja ya ab ovo, y desde el título: la algarabía que orquestan las distintas personas y voces que dramatizan los monólogos[1] ; las diversas manos que los han escrito (el género monólogo sometido literariamente a variaciones, etc.) para encarnarlos ellos o para otros; tantos corazones aglutinados en torno a la expresión y representación de materiales tan variados, decimos; contrasta con el género monólogo con el que La Colegiata ha trabajado esforzadamente (a tenor de ésta, su más excelsa actuación en el marco del Teatro de la Memoria en el que trabaja desde hace años con su director, Federico González[2]. Monólogo. Una Voz (Verbo) sólo puede hablar consigo misma, y la comunicación destilada la podríamos llamar Palabra, o Logos. La *Una Voz se resuelve y expresa a sí misma en una suerte de palabra polifónica, politonal y festiva, la de nuestra Obra, Festival de Monólogos.
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Es un “Retablo de las Maravillas”, literalmente, porque la esencia, subliminal, alquímica, se va entretejiendo sobre sí dibujando con palabras que dicen Verdad una Realidad; y una realidad teatral, además. El prodigio estriba en que vemos ante nuestros ojos, y de forma sincrónica, la misma trama haciéndose paño y el tejido que resulta; meta-teatro y teatro; o de otra manera: el nacimiento in fieri de la Palabra desplegada en vocalizaciones distintas que todas la contienen; como el leit-motiv del Bolero de Ravel, (una suerte de minimalismo colorista y juguetón que, corregido y aumentado, deviene en gran orquestación epifónica), que, por cierto, provocó el abucheo de los que asistieron al estreno: les parecía una tomadura de pelo. (Nada nuevo, como ven).
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El teatro que impulsa Federico se hace libre porque escribe para todos los públicos (y aglutina distintas lecturas en la misma pauta): para aquellos que asistimos al rito y con el rito que se ofrenda sobre las tablas (los asistentes); y para los espectadores (la “inmensa minoría” que espera en las renacentistas sillas de terciopelo). Su lenguaje es el más excelso ejemplo de palabra justa, exacta y carente de afectación; diríase medido. Será por eso que nos resulta pathético en su hondísimo gozo liberador, en la alegría chispeante que prende, de repente, en el asistente y lo mueve hacia la Vida y hacia la Luz.
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Es un gesto de liberalidad por parte de La Colegiata ofrecerse a todos; y, por si fuera poco, y para los que remoloneamos en la laxitud del duerme-vela, un KiKiRiKi nos despierta a buena hora. No obstante, en la magnífica representación del Festival de Monólogos, la Voz era Una, aunque, como tratamos de explicar, desgranada en un discurso polisémico que habla a hombres libres y atados, cojos y mancos incluidos (No podemos dejar de acordarnos de la bonhomía de Ravel, que escribió para pianistas mancos (¡). Solo nos queda concluir esta reseña insistiendo en que el teatro de La Colegiata resulta perfecto, en su sentido de ‘acabado`, redondo, completo, cabal. Su Obra realiza de facto el rito primigenio de la creación in fieri, sincrónicamente e ipso facto, al tiempo que celebra el nacimiento de la criatura, ante las desencajadas órbitas de los que tenemos el privilegio de disfrutar en este Festival del engaño con la Verdad, que como afirmábamos arriba, no es sino una, entre las voces, Una. El teatro en estado puro, mágico, pues, hay que decirlo ya, lo nunca visto: ofrécese transformación, transfiguración y aun rapto para todos los que se acercan a él. Este Festival ha adelgazado tanto el discurso, el atrezzo, el entretenimiento, todo lo que estorba, que ha hallado la quintaesencia del lenguaje alquímico: el Monólogo como articulación arquetípica del nacimiento del Logos; la comunicación directa entre el Verbo y el Logos, el íntimo tuteo entre hombres y dioses. O, como lo expresó el poeta otrora simbolista: “Quien habla solo, espera/hablar a Dios un día”.
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[1] Como la apoteosis hacia la que se encamina deciso y ostinato el Bolero, de Ravel.
[2] La representación del pasado ocho de mayo fue, sencillamente, el no va más, una actuación divina para la que La Colegiata se ha preparado concienzudamente y que estrenó un estilo más directo, más verdadero (que no verista), una auténtica revelación, ya decimos. No puedo por menos de destacar la dramatización desesperada de ese último hombre, enajenado ya, pero revelándonos, en su encarnación desnuda un último sonido subliminal y onomatopéyico que, a voz en grito, nos reclama como señuelo de aquel “pájaro más sublime que todos los demás”: KI KI RI KI. Pero si tuviera que entresacar otro momento mágico de la Obra, fue el ballet de los tramoyistas y el gozo de vivir los entre-actos, que a manera de delicados entremeses nos regalaron los más jóvenes de La Colegiata.
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domingo, 3 de mayo de 2009

Estreno "Festival de Monólogos" y tres nuevas notas

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Les esperamos este viernes, 8 de mayo en el estreno:
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Lugar: Espai Tísner. Cotxeres Borrell - C/ Viladomat, 2-8. Barcelona

Fecha: Viernes 8 de mayo de 2009
Horario: 22 h
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Teléfono: 933 24 83 50
Metro: L2 (Sant Antoni), L3 (Poble Sec)
Bus: 20, 24, 64, 57, 157, N0 y N6
Puntos de venta: En el mismo teatro
Precio: 4,10 €

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DESTINO, LA LIBERTAD
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de Carlos Alcolea
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Intérprete: Pedro Abío
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La Libertad está más allá de cualquier condicionamiento, este es el destino de un iniciado, y es por ello que éste se viva cada vez más ajeno al mundo, de aquí que pueda denunciar, tal como hace el personaje, con lucidez la situación actual como “una noche oscura” para la humanidad, ya que “el hombre corrompido desde hace tiempo por la hipocresía y la ignorancia se ha convertido en esclavo de su propio pensamiento, tan menguado y rígido que de continuo mezcla y confunde cosas”.
Hasta tal punto se ha generalizado “el desprecio a los Dioses y a todo lo Sagrado”, y se trata de eliminar “cualquier intento que se haga por revelar lo verdadero”, que el autor lo ha expresado representado a su personaje como un reo ante un tribunal inquisitorial, acusado de matar a un joven... Acusación que es el punto de partida para ir revelando, a lo largo del monólogo, un proceso interno de transmutación, del que se nos refieren experiencias simbólicas que convergen en un acto sagrado por el cual la individualidad es asesinada. Veredicto, entonces: víctima y asesino.
Si hay fuego alquímico en el texto, igualmente podemos decir de la interpretación, intensa y vivida, que consigue que este fuego sea perceptible, disolviendo lo que no es, y por otro lado afirmando algo que por su naturaleza es inexpresable y pertenece al Misterio.

Beatriz Ramada

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LA RUECA

de Beatriz Ramada

Intérprete: Beatriz Ramada

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“¿Cómo se convierte la caverna en montaña?, o lo que es lo mismo, ¿cómo aprehender el lenguaje que lo revela?. El lenguaje de los símbolos y las certezas.”

Con estas preguntas se abre y se cierra este texto circular, donde la Rueca, como imagen simbólica del Cosmos, se convierte en la clave para contestarlas y revelar la estructura invisible de la trama.

En la obra se descubre que la expresión de la Verdad es la Tradición, presencia viva que nos une con el Principio, evocado por todas las culturas tradicionales que nos han legado una enseñanza. El Hilo de Ariadna se presenta entonces como la posibilidad para acceder al conocimiento de otros grados de la conciencia, de otras lecturas de la realidad, como una cadena que nos une con la fuente de la que mana toda Sabiduría.

Beber de ella supone adentrarse en el misterio, que aparece como la única garantía, la promesa liberadora de que es posible aprehender la Verdad. En cambio, la elección de continuar aferrados a nuestros deseos condicionados supone afirmar una individualidad que nos es sino algo perentorio que desaparecerá tan pronto el nudo sea desatado, por su puesto sin que ello afecte lo más mínimo al gesto perenne de la Gran Tejedora. En su íntima reflexión descubre que la paradoja está en que sólo a través de la negación se obtiene la respuesta, como una disolución que precede a una coagulación, a una certeza.

La hoja en blanco del principio de la obra comienza a ser escrita al final, la poética meditación que la actriz vivifica con belleza y armonía le conducirá hacia la afirmación de lo que es en verdad, ayudada por un cuaderno donde guarda imágenes simbólicas, y por una caracola que parece transmitirle el canto del heraldo proverbial. “Es momento de ejercitar la Memoria, la Inteligencia revela una Sabiduría, y ambas conforman una Voluntad de Ser que es el inicio y el fin de todo lo nombrable”.
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Pedro Abío

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LA PARTIDA DE OCA

de Pedro Abío

Intérprete: Antoni Guri

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Sorprendente es la idea de un “Festival de Monólogos”, expresión cada uno de ellos del camino interior que cada ser hace en la soledad de su corazón y que en su conjunto se puede ver como distintas imágenes de un camino arquetípico hacia el Centro, hacia la Libertad.

En el de “La Partida de Oca” el autor nos deja asombrados al explicarnos cómo muchos de los juegos que conocemos y que disfrutábamos en nuestra infancia tienen un origen sagrado, pues por su diseño y fuerza simbólica son capaces de ser soportes de la realización del Sí mismo.

Para ello escoge el juego de la oca, juego de índole sacerdotal egipcio. En el escenario aparece el actor, un peregrino que bien puede ser un mago o un alquimista recorriendo el camino con sus instrumentos:
Un bastón, símbolo de lo vertical, de la Tradición, en el que se apoya y que nunca pierde de vista.
La magia de los números expresada en cada tirada por los dados.
Y un camino de imágenes en espiral hacia el centro, el tablero, jalonado de pruebas y ayudas. El cual nos recuerda al Tarot, libro de sabiduría hecho igualmente de imágenes, números y formas geométricas según la tirada, que también proviene de Egipto.

Y así es como el actor, imbuido de la verdadera magia actualiza el texto en este instante vivificando el rito de una partida, este universal recorrido iniciático en el que se le desvela la función del hombre, unir el cielo y la tierra atravesando las aguas, en el puente; la necesidad del desapego al decir: “de paso te quitas algunas cosas que cogiste y que no eran tuyas”, en la posada; el necesario descenso a los infiernos expresado en el pozo; las veces que uno se pierde y que guiado por el hilo de Ariadna debe encontrar de nuevo la salida, en el laberinto. Y habiendo recorrido mucho camino su alma es capaz de contemplar la Belleza de lo creado y al mismo tiempo la cárcel que supone los límites de las coordenadas espacio-temporales de todo lo que existe. Al acercarse en su juego a la muerte, la casilla 58 (5+8=13), nos dice: “a partir de ella la dualidad llegará a su fin” es la posibilidad de contemplar la Unidad del Todo. Ya al final de la partida, la salida del juego, está ahí.
Invocando la Gracia tira sus dados, y va a parar a la muerte, ha agotado unas posibilidades pero el camino es largo y las muertes y resurrecciones se suceden continuamente, aunque todas son en realidad una misma muerte. Con dolor y esperanza empieza de nuevo exclamando que: “quizá por vez primera contemplo el Principio del Fin”. Mostrándose dispuesto a seguir con firmeza su peregrinaje hasta salir del juego por el Centro, saltar al abismo donde no existe nombre ni número, la Libertad.

En su entregada y excelente interpretación el actor actualiza todo este camino y permite a quien contempla el espectáculo reconocer en su alma estas estancias, certezas y vivencias, deviniendo así el espectáculo un acto sagrado, una muestra del verdadero Teatro Sagrado.

Margarita Batlle

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