Como director y fundador de la Colegiata Marsilio Ficino y de la revista Symbolos y su anillo telemático, quiero presentar este nuestro blog oficial de la Colegiata, que esperamos sea ágil y dinámico pese a la profundidad del pensamiento que le es inherente. Lo hacemos también con el Teatro de la Memoria, una nueva manera de percibir lo ilusorio y la ficción que uno puede vivir trabajando en el laboratorio de su alma e intelecto, lo cual es una novedad ya presentida en el tratamiento de la cosmovisión y su representación teatral. Por lo que deseo a esta forma de expresión del Arte –que sin embargo tiene precedentes ilustres– la mejor de las andaduras y el mayor éxito.
Federico González

martes, 28 de abril de 2009

Tres nuevas notas sobre el "Festival de Monólogos"

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Les avanzamos tres nuevas notas del Festival de Monólogos, que como saben se estrenará el próximo 8 de mayo en las "Cotxeres Borrell".
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RECORDANDO
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de Ester Torrella
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Intérprete: Mireia Valls
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En el escenario, una hermosa mujer ataviada con indumentaria primaveral y tocada con un gorrillo blanco riega con un agua invisible unas plantas igualmente invisibles a las que canta y acaricia. Formas sutiles reveladoras de arquetipos universales y paridas, por causas misteriosas, por la Gran Matriz que contiene a todas las posibilidades de manifestación y de no manifestación, en el Seno Absoluto e Incognoscible que es la única Realidad verdadera.
Y es del despertar a esta Realidad de lo que trata Recordando. Del despertar de la conciencia promovida por la Palabra sembrada a voleo que cae “en la fértil tierra del corazón”, por la voz transportada por el viento del espíritu “que sopla donde quiere” y deja en cinta a quien quiere, y por el fuego interior que conduce “más allá del tiempo y del espacio a otra realidad simultánea”.
La experiencia iniciática que la actriz nos relata con un bello registro poético es la que jalona el comienzo de un camino solitario de búsqueda y realización al margen de lo socialmente establecido, de un viaje “de mil millas” desde el interior de una pequeña habitación elevada “a la categoría de templo” hasta “la tierra oculta del Agartha”, una ciudadela del pensamiento en que la monologuista se reúne con los integrantes de la Cadena Áurea para afirmar al unísono con ellos: “El único deseo que habita en mi alma es el de ser absorbida por el Principio hasta la total identificación con Él. Trascender la dualidad y devenir Uno y conocer el Ser, nuestro Sí mismo que Él simboliza, para desde allí, ser catapultada hasta desaparecer en la Nada, en el ‘oscuro más que luminoso’ que le precede. En el No Ser.”
Descubrimos así que esta pieza - al igual que el resto de las que componen el Festival de Monólogos - no es un mero ejercicio literario sino la transcripción de un mito, de una historia arquetípica que han vivenciado los iniciados de todos los tiempos cuya voluntad ha sido sumarse a su Destino y realizarlo. De una transmutación que sucede en un eterno presente y que se refleja en todos los planos de la existencia, como bien comprende quien afirma que “somos, contenemos y soportamos a todos los actores de la obra al mismo tiempo.” Enhorabuena a la autora, a la protagonista y a los directores de escena por esta obra de arte, y nuestro agradecimiento por su generosidad.

Marc García

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LA CARTA
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de Antoni Guri
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Intérprete: Carlos Alcolea
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Esta obra nos presenta la biografía de un alma encarnada en un hombre que vive el vacío, la soledad y el desarraigo. Un alma que se sabe huérfana sin saber de quién, que no consigue encajar en una sociedad en la que todos parecen sentirse cómodos.
Gracias a una carta hallada por azar entre las páginas de un libro, el protagonista va a situarse en el punto de partida de un viaje interior que, sin apenas conciencia, había iniciado en los albores de su juventud en busca de su verdadera identidad.
El autor ha conseguido dar forma a un proceso invisible que sucede en la intimidad y la soledad del corazón del protagonista, configurando un relato en el que se alternan y se confunden a la vez su pasado y su presente, una exposición lúcida, profunda y valiente, extremadamente intensa y rica en matices del viaje del alma a través de los mundos interiores para recuperar la memoria de su origen.

La pausada lectura de la carta se va alternando con los momentos de profunda e íntima reflexión que su contenido genera en el protagonista. Con la perspectiva que le ofrecen los años y las vivencias que le separan del momento en que decidió escribirla, descubre que únicamente en el apasionado deseo de vivir y de fundirse en el amor erótico que animó su juventud, había conseguido encontrar por instantes fugaces, un cierto atisbo de identidad, un sentido de hogar que rápidamente se esfumaba y lo impulsaba hacia una nueva búsqueda precipitada. Este fue el incentivo, el punto de partida de su peregrinar, Eros le llevó de la mano sirviéndole de hilo conductor en un viaje interno en el que el autor nos describe parajes abismales a menudo llenos de dolor, incluso de terror, momentos de confusiones y contradicciones, antesala del despertar definitivo a la plena conciencia de su auténtica filiación. La carta, que nunca fue enviada, se revela pues como puente, memoria y síntesis de la trama.

La obra, magistralmente interpretada por Carlos Alcolea, “cala hondo”en el silencio de la sala. Su actuación atrae el interés y la concentración en el personaje que él representa y esto permite “dejar de pensarse” olvidarse y vaciarse del ruido de la mente racional. Carlos, habla, susurra, grita al oído del espectador, lo acerca sutilmente al alma del protagonista consiguiendo que ambos resuenen en una única frecuencia. Sirve en bandeja el billete para viajar con él por la ruta de la luz y de las sombras con origen y destino en el Amor. Uno siente en sus propias entrañas la frustración, el hastío, la pasión y el desasosiego de un corazón que lucha por conocer y renacer a su verdadera identidad. Uno se identifica con los retos y desconciertos del protagonista y celebra con él su retorno al hogar del que sólo partió al perder la memoria de su origen.


Ester Torrella

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EL ÁNGEL ESCULTOR
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de Àlvar Gràcia
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Intérprete: Ana Contreras
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A lo largo de este bello texto, nos asaltan ciertas imágenes que forman parte de la Memoria Sagrada inherente al propio tejido vital, pues el recuerdo, la evocación de lo divino constituye la trama y urdimbre de la creación. Estas ideas, que se remontan al principio de los tiempos son anteriores al ser humano, y por sí mismas constituyen los pilares básicos sobre los que se asienta el mundo. Qué sería del tiempo si la eternidad no estuviese detrás, entendida como la causa original que se hace visible a través de sus producciones, manifestadas como un reflejo invertido del Principio generador. Para comprender este tipo de nociones simplemente se requiere sencillez, es decir, un corazón inocente, vacío de todo prejuicio en donde pueda expresarse vivamente el espíritu. En lo que a pureza se refiere, quien mejor que un niño para encarnar un estado que se refiere a la espontaneidad en armonía con lo divino. Como punto de partida, esta pieza teatral nos presenta a una pequeña muchachita que durante la noche se despierta sobrecogida ante una sombra alada que rasga el silencio y la quietud de la noche. Un planteamiento dramático muy atractivo, cuya puesta en escena liga con la idea del seno materno. En efecto, en el marco apacible y oscuro de una alcoba, la protagonista sentada sobre su cama, se arrebuja entre las sábanas mientras se plantea dudas existenciales de una forma sencilla, como lo haría un niño. Temerosa ante lo que intuye, comienza un discurso lleno de inocencia, que nos traslada al recuerdo añorado de una ingenuidad en estado puro. Todo ello a través de imágenes tan familiares como los ángeles y otras criaturas de Dios que la niña describe a su manera, intuyendo algo que le excede y no sabe cómo nombrar. Sin salir de su dormitorio, esta chiquilla evoca mundos arquetípicos, dejando atrás incluso el reino de la fantasía. Gracias a la remembranza invocada a su través, el espectador puede realizar un viaje por los distintos planos de la manifestación, poblado por seres míticos, que entroncan con ideas pretéritas anteriores al hombre. Toda una enseñanza y un disfrute para quien busque la verdad con la lucidez intuitiva del corazón, residencia de la esencia divina. Un lugar que no está ni aquí ni allí, pues no se trata de un espacio físico sino más bien de un estado interior, una cualidad de ser cuya plenitud tiene que ver con la genuina ausencia de todo condicionamiento, de toda limitación. Por ello, quién mejor que una niña para expresar lo inefable. Ya el Maestro Jesús se pronunció en este sentido cuando pidió a los suyos que dejasen a los niños acercarse a él.
Tenemos ante nosotros un texto capaz de cautivar al público, pues los principios que en él se expresan y el desenfado con que están escritos lo hacen muy sugerente y agradable. Nada fácil de actuar, por cierto, pero la actriz se desenvuelve con soltura durante todo el monólogo, encarnando con verosimilitud un personaje ciertamente complicado, por las ideas que formula y por la naturaleza del mismo, ya que se trata de representar con credibilidad a una niña.
Tras ver unos ensayos de esta bella pieza, surge una última pregunta, ¿Quién está detrás de los fundamentos primordiales que plantea la niña? ¿Tal vez el autor del texto?, ¿Y quién detrás del autor?


Carlos Alcolea
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