Como director y fundador de la Colegiata Marsilio Ficino y de la revista Symbolos y su anillo telemático, quiero presentar este nuestro blog oficial de la Colegiata, que esperamos sea ágil y dinámico pese a la profundidad del pensamiento que le es inherente. Lo hacemos también con el Teatro de la Memoria, una nueva manera de percibir lo ilusorio y la ficción que uno puede vivir trabajando en el laboratorio de su alma e intelecto, lo cual es una novedad ya presentida en el tratamiento de la cosmovisión y su representación teatral. Por lo que deseo a esta forma de expresión del Arte –que sin embargo tiene precedentes ilustres– la mejor de las andaduras y el mayor éxito.
Federico González

miércoles, 20 de junio de 2012

Este Nido de Golondrinas



Este nido de golondrinas de formas redondeadas se ha reunido en el centro del jardín y ha declarado alto y claro que su función es Eterna y que nada queda fuera de ellas. Es la armada invencible. Viajando entre generación y regeneración guiada por el viento, por ese aliento inconmensurable que despierta y entrega la Memoria, que a su vez otorga la visión para evitar la pérdida en el cambio de estación que deviene, en el espacio o el tiempo.
Este nido de golondrinas es capaz de afrontar cualquier tormenta, pues, en realidad, ¡Se alimenta de ellas! El rayo le da la fuerza para afrontar y el trueno la voz para sacralizar.
Pueden viajar solas, enfrentándose a no pocas dificultades; corrientes contrarias, climas extremos, depredadores y parásitos. Al fin y al cabo misma dificultad diferente forma. Pero es volando juntas cuando se hacen más fuertes, haciendo y deshaciendo siluetas animadas en la quietud del paisaje. Atravesando océanos, mares y desiertos. Nada se les resiste porque todo lo conocen.
Y esto es lo que ha vuelto a ocurrir. Idas y venidas de todas partes se ha dispuesto a recrear la creación. ¡La cosmogonía perenne bienvenida directamente desde el Logos! ¡Federico González y la Colegiata han dado a Luz! Las palabras y los gestos han engendrado al Ser. Y no ha sido el único invitado; traspasando la cortina de brillo de los ojos de las golondrinas se encuentra esa pupila ígnea y dilatada que se complementa perfectamente con la Palabra de la Obra. En estas pupilas está todo lo que no podía ser expresado, el No-Ser. Ejecutando de esta manera la Posibilidad Total. Esta pupila, aún siendo extremadamente diminuta en relación a la Obra entera contiene todas las posibilidades, toda la Obra, la Palabra entera. Dejando bien claro la majestuosidad del No-Ser respecto del Ser y formando, así, perfectamente, entre los dos, toda Posibilidad Universal.
Federico levanta el cuerno de las ideas y la Colegiata ejecuta sus cánticos al Amor, la Belleza y la Fuerza. La Sabiduría y la Inteligencia retumban por todas partes glorificando, ahora y siempre, la creación entera. Este nido es invencible.

Alberto Pitarch

lunes, 11 de junio de 2012

Un Lustro se cierra, otro Ciclo se abre.


Con gran alegría por parte de todos y también con éxito de público  han tenido lugar las tres funciones de la nueva puesta en escena de "Noche de Brujas", escrita y dirigida por Federico González Frías .

Y con estas palabras de bienvenida recibió La Colegiata a su público antes de la representación:

“Estamos muy contentos de compartir con vosotros hoy esta doble celebración. Por un lado se cumplen cinco años del nacimiento de La Colegiata, cuando Federico González, nuestro fundador y director nos propuso abrir una nueva vía de investigación y estudio en el marco de la Simbólica: el Teatro, el Símbolo en acción, el Rito. Con lo que no veníamos a añadirle nada al hecho teatral mismo sino más bien al contrario, a despojarlo de los añadidos y buscar su esencia, hacer memoria de su origen. Como todos sabemos los orígenes del teatro son míticos y en occidente tienen que ver con los Misterios Dionisíacos. Dioniso es pues nuestro patrón, el Dios del vino y de la embriaguez extática, el Dios dos veces nacido que emerge triunfante periódica y definitivamente después de descender y visitar lo más profundo de los infiernos, para renacer nuevo, transmutado. Y este descenso y ascenso en verdad simultáneos es lo que el teatro ejemplifica, ritualiza.

Cuando Federico nos hizo esta propuesta la mayoría de nosotros no teníamos ninguna experiencia en el terreno teatral pero fuimos arrebatados por la idea y nos pusimos desde el primer momento a trabajar con entusiasmo. Ahora con la perspectiva que nos dan  estos cinco años advertimos que ha sido un periodo muy fecundo, y no sólo  en lo exterior –hemos estrenado nada menos que seis obras distintas-  sino principalmente en lo interior, en el secreto del corazón de todos aquellos que hemos tenido la suerte de laborar en ello.

Hoy también celebramos la inauguración de este nuevo espacio: El Teatro de Cámara La Colegiata. Nombre que como en la "música de cámara" a diferencia de la música sinfónica, se refiere a un formato reducido, un carácter más intimista y donde prevalece la proximidad del espectador. Esto pone de manifiesto la unidad que conforman actor y espectador, su complementariedad. Y complementariedad es intercambio: todo actor en la medida que observa su interpretación, se distancía de ella y contempla su transformación es de por sí un espectador, del mismo modo que cualquier espectador en la medida que interioriza aquello que ve y lo hace suyo, lo actualiza y deviene por tanto actor.

Precisamente en la obra que vamos a ver el papel del espectador es fundamental. Seguramente no es el papel que escogeríamos, no se trata de un papel agradecido ya que viene a representar todo aquello con lo que el ser humano a lo largo de la historia se ha ido identificando, pero que en realidad no constituye su verdadero ser, sino que tiene que ver con los aspectos más externos, groseros e invertidos, con la ignorancia y el error. Pero es precisamente reconociendo esta energía en todos nosotros -espectadores y actores- que podemos llegar a percibir lo que no es eso y sí constituye nuestra identidad, algo indefinible, inefable y que bien podemos llamar Misterio. Un misterio que cada vez cobra más presencia y que en última instancia es lo que nos ha convocado hoy aquí y ahora.

Y ya les dejamos con “Noche de Brujas, Auto Sacramental en dos actos”, obra escrita y dirigida por Federico González Frías. Y en la que hoy de nuevo tenemos la suerte de contar en el papel del diablo con Carlos Alcolea, un verdadero actor miembro de La Colegiata desde su fundación, del que cada  día aprendemos algo nuevo y quien cada día nos contagia con su entrega y su energía.

Nada más, esperamos que les guste, porque todo lo que hemos dicho no está reñido con que pasen un buen rato".














Y bien, todo esto ya fue. Han sido tres inolvidables días en que hemos recibido el agradecimiento y la simpatía de un público amigo, cercano. Tres días muy intensos de duro trabajo, y ya sabemos que a menudo y paradójicamente trabajar duro es lo mejor para darse cuenta de que en verdad "vivimos de arriba". Ya hemos hecho pues lo que debíamos y ahora vamos a dejar que las imágenes hagan lo suyo, se ordenen y cumplan su papel analógico, mágico. Va a ser una labor sorpresiva pero también paciente pues son muchas las imágenes, no sólo de tres días sino de un año de precipitaciones y ascensos. En realidad no sólo de un año sino de cinco, que hoy se han cerrado para que otro ciclo se abra, un nuevo periodo ya presente en el futuro que nos llama para que lo realicemos. Un ciclo venidero que se intuye con unos contornos todavía menos determinados, menos personalizados, con mayor presencia de lo que no se somete al peso de lo individual, más libre en fin: "la página en blanco en la que podéis comenzar cualquier historia".


Antoni Guri