En La Colegiata vivimos sin duda momentos cruciales, decisivos en esta navegación que venimos realizando hace ya ni se sabe, desde siempre, más bien.
“Nuestro destino es el origen”, que se nos revela como la única salida, “el más importante lugar para ser jalados hacia el Silencio, la Oscuridad y el Misterio”. En ese punto nos encontramos actualmente, siguiendo los designios de la Providencia que indican recogimiento, en el que ahora se sume esta entidad en pleno proceso transmutatorio, como señalan los últimos acontecimientos sobrevenidos y que, obviamente significan el paso por las grandes aguas, de lo que es ejemplo y guía nuestro fundador y hasta ahora director Federico González Frías.
Este es también el momento para recordar aquello que por encima de todo nos une, la efectivación del Conocimiento a través de un rito primigenio, el del Teatro, objetivo que nos comprometemos a no olvidar en ninguno de nuestros ensayos y representaciones, pues en ello nos va la vida.
Es el nuestro el Teatro de la Memoria, “una nueva manera de percibir lo ilusorio y la ficción que uno puede vivir trabajando en el laboratorio de su alma e intelecto, lo cual es una novedad ya presentida en el tratamiento de la cosmovisión y su representación teatral”. Y así aprendemos en cada nuevo escenario a advertir la teatralidad de la existencia, su irrealidad, para simultánea y paradójicamente vislumbrar su Realidad -sinónimo ahora de Verdad y de Misterio-, que por su propia naturaleza no podrá ser nunca comprendida ni definida, pero en la que nos abandonamos decididos a vivirla en plenitud.
Dispuestos pues, sin dejar la actitud interna de recogimiento, a no soslayar ni un ápice la interpretación que se espera de todos nosotros. Con Amor y Alegría en los corazones.
Carlos Alcolea y Antoni Guri,
directores de La Colegiata por expresa voluntad de Federico.
Barcelona, 18 de noviembre de 2014
(todos los entrecomillados son escritos de F.G.F.)