Como director y fundador de la Colegiata Marsilio Ficino y de la revista Symbolos y su anillo telemático, quiero presentar este nuestro blog oficial de la Colegiata, que esperamos sea ágil y dinámico pese a la profundidad del pensamiento que le es inherente. Lo hacemos también con el Teatro de la Memoria, una nueva manera de percibir lo ilusorio y la ficción que uno puede vivir trabajando en el laboratorio de su alma e intelecto, lo cual es una novedad ya presentida en el tratamiento de la cosmovisión y su representación teatral. Por lo que deseo a esta forma de expresión del Arte –que sin embargo tiene precedentes ilustres– la mejor de las andaduras y el mayor éxito.
Federico González

domingo, 26 de octubre de 2008

Crítica

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Jonatan Pedroza nos manda estas líneas:
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“En el Útero Del Cosmos” me ha transmitido una visión que invita a la reflexión y al replanteamiento de todas aquellas estructuras, que al identificarnos con ellas e imaginarlas como la realidad nos encierran en sus propios límites impidiendo el desarrollo pleno de nuestras potencialidades.

Este sueño es una pesadilla colectiva observa el autor, a la vez que denuncia hechos tan aparentemente obvios como el de sabios que jamás oyeron hablar de la verdad y la sabiduría, gobiernos que promueven la competencia (en donde unos ganan y otros pierden) y conjuntamente la igualdad sin encontrar contradicciones, y también nos advierte del peligro de ignorar que entre oficialistas y rebeldes se conforma el sistema, este sistema que nos hallamos constantemente ocupados en el intento de imponernos los unos a los otros la propia personalidad, personalidad que, como dice Federico González, no es tal, si no que se da por añadidura.

“En el Útero Del Cosmos” es un espacio lleno de posibilidades susceptibles de manifestarse, siempre y cuando las circunstancias permitan su desarrollo. El hombre por su condición y atributos, ha sido invitado a un banquete y en vez de darnos un festín nos llevamos un bocadillo por si acaso, renunciando a la posibilidad de vivenciar un proceso que a pesar de la constante transmutación sigue siendo el mismo Útero, como el río que a pesar de llevar siempre diferente agua sigue siendo el mismo río. Esa posibilidad de conectar el contingente y siempre cambiante presente con el origen perenne de todo cuanto sucede, está magníficamente ejemplificado en la obra teatral y está también siempre presente en el drama cotidiano, ya que ritmando las sutiles melodías del mundo con el rito diario de la obra de la vida se entra en una sincronía de efectos misteriosos y evocadores.

Sin dejar de citar el objeto de estas líneas, en un momento de la escena el tiempo se detiene y una voz dice:

Si de pronto el milagro se produce y uno se topa con un alquimista que nos dice: Existe un pájaro mas sublime que todos los demás. No te preocupes sino de buscar su huevo, al que has de cortar con una espada llameante.

¿Y acaso no es así? El milagro se ha producido, y el autor, con la sensibilidad propia del que conoce el arte de la transmutación, nos ha dicho que nos pongamos en búsqueda de la esencia misma de las cosas.

En un artículo titulado “Teatro Sagrado”, Federico González nos recuerda que: Frecuentemente el teatro es asociado a la irrealidad de la existencia, y Shakespeare no es la excepción al pretender que la vida está hecha de la misma sustancia de los sueños; cito esto porque recordaba los momentos de la representación, y a los actores divirtiéndose e imaginándose tiempos míticos, y desapareciendo del mundo por momentos y se me eriza la piel y recuerdo entonces otra cita de Shakespeare que dirijo a todos los que nos tomamos tan en serio las formas en que la vida se expresa pensando que son la verdad misma:
Hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que puede imaginar tu filosofía”..

Enhorabuena a la Colegiata Marsilio Ficino por sus trabajos y a todos los que han compartido con ellos el fruto de sus esfuerzos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermanito! me dan ganas de ver la obra no mas de leer lo que te transmitió... y me llega a la mente estas palabras de San Pablo: “Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el Amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios”... que es la Posibilidad, sino el Amor de Dios