Como director y fundador de la Colegiata Marsilio Ficino y de la revista Symbolos y su anillo telemático, quiero presentar este nuestro blog oficial de la Colegiata, que esperamos sea ágil y dinámico pese a la profundidad del pensamiento que le es inherente. Lo hacemos también con el Teatro de la Memoria, una nueva manera de percibir lo ilusorio y la ficción que uno puede vivir trabajando en el laboratorio de su alma e intelecto, lo cual es una novedad ya presentida en el tratamiento de la cosmovisión y su representación teatral. Por lo que deseo a esta forma de expresión del Arte –que sin embargo tiene precedentes ilustres– la mejor de las andaduras y el mayor éxito.
Federico González

miércoles, 21 de enero de 2009

"EN EL ÚTERO DEL COSMOS", en el TEATRENEU de Barcelona

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Queridos amigos, tal como habíamos adelantado, les anunciamos la representación de “EN EL ÚTERO DEL COSMOS”, en el Teatreneu de Barcelona. Tendrá lugar el próximo:

Miércoles 4 de febrero de 2009, a las 21 h (función única)
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"El mismo eje que centraba la escenografia en Noche de Brujas, preside también aunque de forma invisible toda la función de En el Útero del Cosmos, haciéndose explícito de tanto en tanto como por ejemplo en la escena del brindis del segundo acto, cuando los personajes unen sus copas invocando y repitiendo la palabra del bardo. Pues se trata también de recuperar la auténtica poesía, aquella que repentinamente sabe provocar la unidad dentro de uno mismo, aboliendo aquel espectador interno que a menudo nos viene sólo a juzgar. Siendo esta dualidad superada, espectáculo y espectador están en comunión, no habiendo distinción entre el soñador y lo soñado".
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Reproducimos a continuación la sinopsis y la ficha técnica para aquellos que todavía no conozcan esta obra insertada plenamente en el Teatro de la Memoria:

Sinopsis

La obra está dividida en dos actos. El primero transcurre en la sala de reuniones de una facultad de letras en la que los docentes han sido convocados para llevar a cabo trabajos de experimentación sobre el lenguaje, y éstos los desarrollan expresando verbalmente unas ideas cuyo núcleo es inexpresable por su propia naturaleza. El segundo acto tiene lugar en el salón del domicilio particular del rector de la facultad, donde se celebra una fiesta y los asistentes, en una atmósfera distendida y por momentos divertida, transmiten sus vivencias interiores sobre el conocimiento. El núcleo temático de En el Útero del Cosmos es el lenguaje entendido como una estructura que revela la totalidad significativa del universo y su “significado significante”, y por tanto como un código apto para la comprensión a través de la reminiscencia que suscita mucho más allá de la simple aprehensión racional del discurso. Se habla de la magia del lenguaje y se propone a los espectadores que la practiquen sumándose al rito -antiquísimo y cada vez más extraño- de la memoria del ser.

Género

Hiperrealismo de alcance subliminal, emparentado con el teatro de la memoria y el teatro del absurdo. Aquel que mediante una trama sin un aparente significado y con unos diálogos que no parecen seguir una secuencia dramática, va creando una atmósfera que nos presenta el absurdo de lo convencional y simultáneamente nos abre la puerta, a través de la poética y la magia, de lo “real”.

Ficha técnica

Autor: Federico González
Directores: Federico González y Carlos Alcolea
Intérpretes: Colegiata Marsilio Ficino
Escenografía y luces: Carlos Alcolea, Ana Contreras e Iñigo Correa
Vestuario: Lucrecia Herrera, Patricia Serdá y Dolors Tarragó

Entradas
Precio: 10€. Compra anticipada: 7€. En las taquillas del Teatreneu, Servicaixa
y Atrapalo.com
La Colegiata Marsilio Ficino

viernes, 9 de enero de 2009

El Ditirambo


Meditar sobre el origen de cualquier arte es conocer su carácter simbólico, y para ello nos puede servir a veces de ayuda investigar sobre sus orígenes históricos. Eso sí con la prevención de sortear, trascender el prejuicio moderno, que siempre pretende unos comienzos arcaicos ligados a la superstición ignorante y a lo rudimentalmente utilitario, que además graciosamente y con el tiempo irían evolucionando de grado en grado hasta llegar a la “compleja y sutil abstracción” del arte actual. Se trata pues contrariamente, de atravesar estas convenciones universitarias y reconocer tras ellas una síntesis esencial, verdaderamente original, la que vendrá invariablemente ligada a lo ritual, al mito.

En el caso del teatro occidental, cualquier manual que consultemos nos habla de unas composiciones poéticas que todavía en el siglo VII a.C. se cantaban y bailaban en honor al dios Dioniso: el ditirambo, el canto dionisíaco. Poco se sabe de estos himnos corales pero las imágenes que nos llegan son sugerentes: hombres cubiertos con pieles de macho cabrío profiriendo gritos y danzando con “delirio extático” alrededor del altar donde se sacrifica el animal, cuya sangre riega la tierra fecundándola. Paulatinamente, de este grupo de músicos-danzantes llamados trasgos, se iría diferenciando primero el corifeo del coro, y más tarde los distintos personajes que acabarían constituyendo los actores. (De la palabra trasgos que también significa macho cabrío, deriva etimológicamente “tragedia”, mientras que “comedia” provendría de comos, canto alegre).
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. . . . . . . . . . . . ... ...... ....... .... Dioniso

Sabemos que Dioniso, el dios del vino es el “dios nacido dos veces”, y precisamente este segundo nacimiento, la muerte y resurrección inherentes al proceso iniciático es lo que el ditirambo invoca y ritualiza. Aquellos hombres y también mujeres presas de un frenesí báquico, de una lúcida embriaguez encarnaban una agitación salmodiada y reincidente, que se complementaba con la inmovilidad axial del altar sacrificial. Sabían que la auténtica fecundidad, que por supuesto la tierra y la naturaleza entera simbolizan, es la de su corazón dispuesto, en simultaneidad con la catarsis dionisíaca, a la Contemplación de la Unidad del Todo.

Este es el verdadero teatro, (palabra que etimológicamente proviene de “yo contemplo”), el que reivindicamos desde La Colegiata Marsilio Ficino, que por otra parte es el que sigue animando todas aquellas funciones que aún hoy insospechadamente transmiten un furor inefable, análogo al del ditirambo.

A.G.